viernes, 13 de agosto de 2010

Una fuerte emoción contenida en el pecho. Se acelera mi ansiedad,
es como si presintiera algo, o como si sintiese, corrijo, como si volviera a sentir.
¿Se habrán despertado mis ojos sedados?

Quizá debamos dejar de vernos, tú no eres él.
Hoy tengo ganas de hacer el amor, no de follar, así que márchate, y me ofende que me abraces, ese es un campo reservado, también minado.

El error ha sido mirarte a los ojos. Tiempo, todos dicen tiempo, y a mi es lo que me sobra.
Podría morirme ahora mismo si la decepción matase.
Igual a quien hay que matar es al tiempo.

lunes, 24 de mayo de 2010

nada

Hoy sí, rompo el silencio.
No es que no tuviera nada que decir, es que me dejas sin palabras.
Rabia, no creía conocerla hasta que vino de la mano de ansiedad, alcohol, lágrimas, baños de un bar, palmada, levanta, no quiero, no puedo, le odio, no entiendo, no quiero volver a saber nada de él, te extraño, hasta pronto, adiós, ¿por qué?, ¿por qué qué?, ¿por qué así?, no preguntes, quizá miedo, pásame el cava, no lo bebas, estoy borracha, hoy no me levanto, o quizá no me acuesto, huída, coche, mentiras, guitarras, miedo, insomnio, aviones, ¿por qué?, Barcelona, ¿por qué?, Salamanca, ¿y por qué?, quizá miedo, quizá mentiras, quizá nada...
¡nada! no, nada no porfavor, ¡lo que quieras menos nada!
Dime que me odias, que no me soportas, que soy una niña, que soy detestable, que quieres a otra.
Pero no me digas que nada.
No puedo ser nada, no quiero ser nada.
Está claro, no era por falta de palabras, solo resulta complicado conjugar tantas que te ahogan.
¿y ahora? ahora ya nada

lunes, 15 de febrero de 2010

frío...

A 8 grados bajo cero es posible dejar de sentir el frío y en cambio estar congelado tratando de dormir bajo seis edredones.

Cuando el corazón se hiela el clima se invierte burlonamente.

Es entonces cuando desaparece el sueño y merma el hambre.
Se reduce el número de abrazos que entregas y aumentan las colillas en tu cenicero.

Es la muerte del alma, tétrico funeral que carece de melodía.

¿Cómo llorar tu propio final sin perder un ápice de dignidad?

domingo, 24 de enero de 2010

No me ofrezcas vino con vinilos, soy de la religión de Lorca.
"Mi soledad esquiva en los hoteles".
La oscuridad es mi compañera, que me regala horas sin sueño.
Amiga de la noche que activa mi mente.
Los pies sobre baldosa fría y en mis oídos Jimmy Page.
Es suficiente para que esta pluma me robe la conciencia.
Ya no sufro, ya no río. Ahora vuelo sobre el papel.
Apago la persiana por si amanece y me felicito por contradecir al mundo.
Hoy no os conozco, mis noches son mi reino y esta lámpara mi día.
Palmada en la espalda, has logrado sobrevivir otra noche a la banalidad

domingo, 17 de enero de 2010

derrota

Me ha vencido.
He caído sobre mis manos y he llorado amargamente. Lo sentía venir... me dije: aguanta.
Pero no he podido.
Solo un minuto, ni si quiera, 18 segundos, ni uno más.
He de admitir que ha resultado placentero. Se ha ido el dolor.
He levantado la cara y he caminado firme.
Ya estoy lista.
Continuémos entonces

jueves, 14 de enero de 2010

Se difuminan tus ojos clavados en mi piel y cada vez me cuesta más sentirte suspirar, a pesar de que cuando el tacto se hace dueño de los recuerdos es más dificil dejarlos ir.
Hace falta corage para suplantar tus besos, pero a oscuras los labios se confunden. Por eso esta noche surcaré otra vez las sábanas de ese hotel embriagada de vino. Tú vestirás otro cuerpo, pero me regalarás las mismas manos aferradas a mi cadera.
No gritaré tu nombre por miedo a despertarte, pero oye como el sudor que me cubre te llama.

jueves, 7 de enero de 2010

Trato de esconderme en un espacio abuhardillado, quién sabe qué, pero algo tiene ese rincón. Quizá sea su exclusividad, no todo el mundo cuenta con uno. Qué más da... a mi me recoge.
Me enrollo en una manta y muerdo fuerte el bolígrafo. Lo sé, el no tiene la culpa, pero yo tampoco y me duele...
Quiero no pensar, de verdad lo quiero, y cuanto más me esfuerzo es lo único que consigo. No bien, ni si quiera con claridad, ojalá... Pienso que no quiero pensar, ni pensarte. Pero pienso, y tanto que lo hago.
Abro el libro, ¿cuál sino? y busco la página 137. Qué estúpida, pero mi mente en clave me acerca así a lo que quiero evitar... y leo "Quizás, al final, habría podido ser una noche cualquiera. Pero no lo fue"
¡Claro que no lo fue! Si lo hubiera sido la habitación abuhardillada estaría a oscuras con la manta en un rincón y yo no me mordería el labio inferior hasta hacerme daño. ¡No estaría tratando de matar una lagrima! Creeme que no lo fue...
Ya basta, no quiero pensar, y pienso que me vas a matar si tu boca no tiene piedad de mi inocencia.