domingo, 13 de julio de 2008

Pacífico

Despertar con el sonido del mar. La habitación está blanca.

Te observo dormir... y despiertas, me miras y remoloneas.



Salgo fuera, el aire es cálido y húmedo, y ante mí está él, inmenso, bravo... Océano Pacífico.



Atrás queda ahora el tequila, las verdes montañas y el dulce acento mexicano.

Desde aquí no escucho el mar, el aire es seco, y no te observo despertar.



Aquí empieza un nuevo camino, en el mismo lugar de siempre, con la misma gente... pero con distintos ojos.



He vuelto

(y ya cuento los días para volver a verte amanecer)