jueves, 11 de septiembre de 2008

Piel



Una cama. Blanca.
Lúz ténue a través de tu persiana.


Miradas: me miras, te miro.
Penetras mis ojos... Deseo.

Deseo materializado en caricias.
Piel... infinita piel.

Piel fría... ahora cálida.
Deseo en todos nuestros poros.
En cada rincón de tu habitación.
En tu cama.


Cuerpos: el tuyo, el mío. Ahora uno.
Un cuerpo que vaga en una cama agonizante de placer...

...placer, si.
Placer en tu boca, en tu cuello, en tu ombligo.
Placer que recorre mis piernas y acaba en mi vientre.


El mundo se para.


Deseo, calor, tú y yo...un cuerpo. Placer...
...amor?

lunes, 8 de septiembre de 2008

Café



Crees que conoces a la gente.
Conoces al chico de la tercera fila de clase, porque sabes cómo se llama, siempre coge apuntes a ordenador, es callado y saca buenas notas.
Conoces a la camarera de la cafetería junto a tu portal, porque sabe lo que tomas, siempre te ofrece tabaco, charláis amistosamente y te cuenta con descaro todos los chismes, hasta los suyos.


Yo hace tiempo que no conozco a nadie.
Ni a mi familia. Ni a mis amigos.
Ni a mi misma.





Café.
El café me ayuda a conocer.
Es frente a una taza cuando soy consciente de lo que no conozco.


Café con hielo.
Una cafetería horrible de Ponferrada, de esas a las que no vas con tus amigos.
Yo tomo café con hielo.
A mi lado están conversando dos personas. Hombre y mujer. Mal aspecto.
Jóvenes...unos 50 años.
Discuten...unos 16 años.
Discuten infidelidades, amistades, todo tipo de amoríos.
Café con hielo.
Y yo escucho disimuladamente.
Imagino lo que hablan. Imagino sus vidas. Me los imagino a ellos.
Parecen cansados...unos 80 años.


Café con un hielo y Baileys.
Antonia...unos 40 años.
Está enfadada con su jefa, se critican...unos 13 años...hermanas.
Hace años que conozco a Antonia, o eso creía.


Café descafeinado (de sobre).
Es de noche.
Antonia está cocinando.
Ella habla.
Yo escucho.
Antonia lamenta su vida. Lamenta que su marido la abandonara por Sonia.
Antonia odia.
Lamenta verse fregando por ese canalla.
Lamenta y odia. Siente frustración.
Acepta sin remedio su presente, su futuro...unos 50 años.

Café descafeinado (de sobre).
Antonia habla.
Yo escucho.
Yo que recuerdo a Antonia estos años. De buen humor...unos 25 años.
Es entonces cuando caigo en la cuenta de que no la conocía.
No la conozco.


Café con leche y magdalenas.
Desayuno.
Pienso. Intento pensar.

¿y yo?
¿me conozco?
¿qué siento?
¿qué pienso?
¿cómo soy?
¿cómo visto?
...¿y cuál es la pregunta?



Acepto lo que viene. Lo afronto.
Actúo como siento. Lloro y rio.


Café solo (y a solas)
Grande...unos 21 años.
Enamorada...unos 15 años.
Responsable...unos 30 años.
(con sabor a café en la boca)

Así me presento, porque no me conozco.

viernes, 29 de agosto de 2008

Desorden

Ella llora sobre su cama.
No dice por qué, una se lo imagina, pero es una caja cerrada.

Alrededor solo hay desorden, y el desorden, solo es símbolo de desorden.
No es una palabra complicada, repleta de significados.
Si buscas en un diccionario su definición es muy clara:

"Confusión y alteración del concierto propio de una cosa"

Es irónico, una explicación tan ordenada del desorden.
Según este destartalado libro, el candidato perfecto a sinónimo de esta palabra es "trastorno".

Dá que pensar si observo la escena: ella que llora y llora, yo que aunque quiero no puedo, y todo este caos que reina a nuestro alrededor.

El desorden solo es símbolo de desorden.
Todo esto es simplemente símbolo de trastorno.

domingo, 13 de julio de 2008

Pacífico

Despertar con el sonido del mar. La habitación está blanca.

Te observo dormir... y despiertas, me miras y remoloneas.



Salgo fuera, el aire es cálido y húmedo, y ante mí está él, inmenso, bravo... Océano Pacífico.



Atrás queda ahora el tequila, las verdes montañas y el dulce acento mexicano.

Desde aquí no escucho el mar, el aire es seco, y no te observo despertar.



Aquí empieza un nuevo camino, en el mismo lugar de siempre, con la misma gente... pero con distintos ojos.



He vuelto

(y ya cuento los días para volver a verte amanecer)

jueves, 29 de mayo de 2008

Algún día se lo diría…estaba convencida.

Necesitaba saber, y estaba sometida a sus vaivenes. No hablo de que él estuviese aquí y allí, sino de ÉL.
Se trataba de su mente, sus pensamientos… y, ¿por qué no? Sus sentimientos tal vez.
Todo era un complejo mundo por explorar, y cada vez que ella conseguía penetrar superficialmente en su terreno, algo la expulsaba. Nuevamente salía despedida por el brusco cambio de su vaivén, su mundo se cerraba otra vez, y ella tenía que volver a esperar; a tantear como acceder a él.

A veces lo intentaba a través de sus ojos: los miraba fijamente para conseguir traspasarlos, pero él apartaba su mirada contra la pared.

En alguna otra ocasión le atacaba directamente con sus palabras, pero su boca respondía paralizada.

También había probado con la piel, y aunque era como más resultado obtenía, no lograba tampoco descifrar su enigma.

Pensaba - ¡quizá no haya más!- pero estaba convencida de que sí…Estaba dispuesta a descubrirlo, y para ello utilizaría algo fulminante:

Su silencio.

sábado, 24 de mayo de 2008

Sueños de insomnio

Bajo la enorme capa de oscuridad, inmóviles edificios se erigen sobre el suelo mojado.
En su interior, el mundo duerme... pero yo no. Yo padezco esa extraña enfermedad que es el peor y mejor de los insomnios: el ansia de vida.

Dentro de esos gigantes de ladrillo se encienden en ocasiones tímidas luces, emitidas, supongo, por pequeñas y encantadoras lámparas de mesita. Imagino la mano que las prende... manos que pertenecen a cuerpos anónimos, movidos por mentes también aturdidas por el insomnio, y yo me pregunto si su enfermedad será la misma que la mía, si lo que les separa de sus sueños serán también ansias de vida... o simplemente el ansia de la vida.

Yo, aunque tengo sueño, no envidio a esos moribundos aletargados que yacen al otro lado de los cristales oscuros... no envidio que sueñen, porque aunque no duerma, yo también estoy soñando.
Sueño despierta, sueño consciente. Elijo lo que quiero soñar y cuándo...

...y sueño observando.