domingo, 13 de diciembre de 2009


Embriagada de locura primaveral a mediados de Diciembre, en el siglo del alcohol y los excesos, donde los romances duran lo mismo que un combinado.
Resulta cálido... casi ardiente, es de agradecer, pero trato de apaciguarlo con el hielo de mi vaso.

Mi sensatez prisionera en una barra de carmín, y un dulce veneno por perfume.
Con los ojos vendados por palabras bonitas y armada de equilibrio sobre mis tacones.
Así me lanzo cuesta abajo... sin miedo, lo ha expulsado mi impaciencia.

Ahora el calendario de mi piel cuenta los días poro a poro, y ya falta poco para robar tu intimidad.

Espero. Con tu sonrisa en mi cabeza y las uñas esmaltadas... ¿su destino?


Tu espalda

sábado, 28 de febrero de 2009

Leve


Olas. Vienen. Se van.

Es el gran espectáculo del mar. No descansa.

Puntual a nuestra cita.

No le importa mi humor, no le importa mi aspecto.

No importa si un día no vengo, al volver él está ahí, deleitándome con su movimiento.



Fijo la mirada en la orilla. Poco a poco recorro su tez hasta alcanzar su firmeza, ese punto lejano donde parece no moverse, donde traza una recta línea para no confundirse con ese otro gigante azul.



En cada una de nuestras citas me pregunto si podría perderme en él.

Parece que me llama a su seno.

Se aproxima a mi, cada vez más cercano.


Sube la maréa, y yo no quiero alejarme... quiero dejar que me invada.

Deslizarme a la orilla,

dejar que me mezca... fuerte al principio, y más levemente cada vez, hasta confundirnos en uno.


Dejar que me lleve.



Ya no hay pensamientos. No hay penas. No hay alegrías.



soy leve

soy inmensa

soy eterna



soy el mar

martes, 17 de febrero de 2009

dejádme observar


Lo he visto nacer, igual que lo he visto irse.


No me hace falta despertador, me revuelve la inquietud...


Salto, y lo observo llegar, madurar, quejarse y desaparecer.





He estudiado todas sus fases con atenta mirada.


Conozco el día, conozco sus horas y sus colores,


conozco su tiempo, y conozco mi tiempo.





Pero rebusco en él, y no la encuentro...





Hoy ha estado aquí. Se ha metido sigilosa en mi cama, me ha abrazado y me ha despertado con un frío susurro.





Estaba segura de que había vuelto a ser efímera, que había vuelto a jugar conmigo para sacarme de la cama y dejarme desnuda






pero vagando en mis horas la he visto saludarme al otro lado de la ventana



escupir tinta en un folio,



y abandonarme hasta nueva suerte...