jueves, 29 de mayo de 2008

Algún día se lo diría…estaba convencida.

Necesitaba saber, y estaba sometida a sus vaivenes. No hablo de que él estuviese aquí y allí, sino de ÉL.
Se trataba de su mente, sus pensamientos… y, ¿por qué no? Sus sentimientos tal vez.
Todo era un complejo mundo por explorar, y cada vez que ella conseguía penetrar superficialmente en su terreno, algo la expulsaba. Nuevamente salía despedida por el brusco cambio de su vaivén, su mundo se cerraba otra vez, y ella tenía que volver a esperar; a tantear como acceder a él.

A veces lo intentaba a través de sus ojos: los miraba fijamente para conseguir traspasarlos, pero él apartaba su mirada contra la pared.

En alguna otra ocasión le atacaba directamente con sus palabras, pero su boca respondía paralizada.

También había probado con la piel, y aunque era como más resultado obtenía, no lograba tampoco descifrar su enigma.

Pensaba - ¡quizá no haya más!- pero estaba convencida de que sí…Estaba dispuesta a descubrirlo, y para ello utilizaría algo fulminante:

Su silencio.

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